Posterior a la crisis hipotecaria del año 2008, el libro publicado por Nassim Taleb llamado The Black Swan( El cisne negro), se convirtió en monumental “best seller”.
En el mismo abunda en ejemplos de todo tipo , pero siempre con una constante alusión al mercado financiero, el autor habla de los eventos que tienen tres características principales: Tiene muy alto impacto, son absolutamente inesperados y a posterior se construye una narrativa que los hace parecer como obvios.
Dicho libro tuvo una resonancia sumamente importante para el publico inversor, sobre todo para pensar los riesgos no contemplados que pesan sobre una cartera. Por lo general lo eventos que mas afectan a los mercados son episodios de este tipo. Otros ejemplos de Cisne Negro son por ejemplo la irrupción del teléfono celular, los ataques a las torres gemelas, si vamos al plano loca:, la presidencia de Alberto Fernandez.
No obstante en este artículo nos interesa el contrario de esto: un “Cisne Blanco”, es decir un riesgo que se está manifestando de forma muy esperada, y a pesar de que el mainstream financiero no le da mucha entidad, es un problema que día a día se vuelve mas pesado y más visible. La carga de la deuda americana sobre la economía de su país y por ser la economía mas importante del mundo sobre el resto del mercado internacional. La deuda americana está a niveles comparable a lo que era en la Segunda guerra mundial, superando el 120% de su PIB. A esto tenemos que sumarle que el déficit actual del 7% también es un déficit que se puede esperar de un momento de recesión y de bajo empleo, pero no es el caso, la economía viene de un largo ciclo de expansión y está en pleno empleo. Tener ese nivel de déficit en este contexto es propio de un gobierno irresponsable y populista. En caso de que se dé una recesión con estas variables el déficit podría trepar aún más dada la caída en la recaudación que esta produciría, por ende el déficit se podría disparar a niveles aún más inquietantes. Cómo reaccionaria el mercado de bonos del tesoro americano? Dado que las tasas del tesoro americano son una referencia para el resto de los activos, cómo reaccionarían los mercados globales?
Miremos el gráfico que publica la oficina de presupuesto del congreso americano, no invita mucho a comprar títulos de su deuda, dramático si uno contempla las cifras astronómicas que deberá salir a emitir. Aclaración: los gráficos no contemplan ninguna recesión futura(supuesto optimista si contemplamos que cada diez años al menos tenemos una recesión) y contempla intereses mas bajos que los actuales (optimista: dados los niveles de inflación y deuda pública y privada).

Si uno se pone a escuchar la voces independientes y de renombre en el mundo de las finanzas, se puede ver que alertan sobre este asunto. Llamo independientes (nadie es del todo independiente y todos tienen una agenda) a quienes no responden a un gobierno o una institución. Por lo general son profesionales dueños de su propia compañía:
Ray Dalio, el fundador del fondo de cobertura más importante de los estados unidos, una voz de muchísimo peso en el concierto de las finanzas internacionales. Actualmente retirado y con un rol de mentor en su compañía Bridgewater. Autor de numerosos libros y el que hace mayor mención al tema en cuestión hoy se llama Big Debt Crises. En el mismo plantea un típico ciclo de auge y caída de imperios y países. Comenta sobre esto: “Existen grandes déficits gubernamentales y es casi seguro que aumentarán sustancialmente, lo que requerirá que los gobiernos vendan enormes cantidades de deuda adicional, cantidades que naturalmente no pueden absorberse sin elevar las tasas de interés en un momento en que un aumento de las tasas de interés sería devastador para los mercados y economías porque el mundo está apalancado durante mucho tiempo. ¿De dónde vendrá el dinero para comprar estos bonos y financiar estos déficits? Es casi seguro que provendrá de los bancos centrales, que comprarán la deuda que se produzca con dinero recién impreso. Toda esta dinámica en la que las finanzas sólidas se desechan por la ventana continuará y probablemente se acelerará, especialmente en los países con moneda de reserva y sus monedas, es decir, en Estados Unidos, Europa y Japón, y en el dólar, el euro y el yen.”
Stanley Druckenmiller: Es una voz importante a escuchar ya que fue ladero de George Soros durante mas de una década y su track record es de una rentabilidad de 30% anual: “Nunca diría que estamos en un punto de no retorno. Hace cinco años alerté sobre la situación y la misma se puso mucho más difícil de lo que me imaginé. Es un coctel espantoso el que nos estamos enfrentando…Para 2040 “entitelments”(le llaman a medicare y programas sociales) y pagos de interés son mas que el total de la recaudación tributaria…Lo mas importante es que se van a cortar los “entitlements”… si no queres bajar entitlements Tenes que subir los impuestos 40% o bajar gastos.
Paul Singer, fundador de Elliott Management y uno de los propietarios de fondos de cobertura más exitosos del mundo. Antes de la crisis financiera de 2008, intentó alertar a inversores y funcionarios públicos sobre los peligros de las hipotecas de alto riesgo. En los 15 años transcurridos desde entonces, ha advertido repetidamente que la histórica Ley Dodd-Frank de 2010, y las políticas monetarias expansivas a lo largo del camino, eran invitadas. Este antipático buitre que puso a la argentina de rodillas en nuestra anteúltima reestructuración también advierte que “El mundo está en el camino hacia la hiperinflación”, lo que podría conducir a un colapso social global y conflictos civiles o internacionales. Si bien tal resultado no es seguro, ésta es actualmente la dirección en la que se dirige el mundo, añadió.
Otro que se expidió sobre el asunto es Howards Marks(de quién tenemos otra nota en el blog):” El endeudamiento público que podría resultar insostenible, según el cofundador de Oaktree Capital Management, firma que administra más de USD 128bln . Añade: “Los gobiernos, que a menudo dependen de los bonos para cerrar la brecha entre gastos e ingresos, enfrentan una batalla cuesta arriba. Con el aumento de las tasas de interés, los gobiernos deben asignar más fondos a los pagos de intereses, desviando recursos de sectores críticos como la infraestructura y la atención médica. Estados Unidos, con su asombrosa deuda de 32 billones de dólares, ejemplifica este dilema. Aunque el dólar estadounidense sigue siendo la moneda de reserva mundial, lo que permite a la Reserva Federal imprimir dinero, las consecuencias a largo plazo de tales acciones son inciertas.”
Para cerrar citamos a Larry Fink CEO del administrador de activos más grande del mundo, en su ultima carta a los inversores tiene un capitulo especial llamado “Debt Matters”, es decir, la deuda importa. En el mismo no solo alerta sobre la situación que describimos arriba, pero cierra con un comentario algo más optimista e invita a los líderes a poner atención y manos a la obra sobre el tema: “¿Pero es inevitable una crisis de deuda? No. Si bien la disciplina fiscal puede ayudar a controlar la deuda en los márgenes, será muy difícil (tanto política como matemáticamente) aumentar los impuestos o recortar el gasto al nivel que Estados Unidos necesitaría para reducir drásticamente la deuda. Pero hay otra salida más allá de los impuestos o los recortes: el crecimiento. Si el PIB de Estados Unidos crece a un promedio del 3% (en términos reales, no nominales) durante los próximos cinco años, eso mantendría la relación deuda/PIB del país en el 120%: alto, pero razonable. Debo ser claro: un crecimiento del 3% es una tarea muy difícil, especialmente teniendo en cuenta el envejecimiento de la fuerza laboral del país. Será necesario que los responsables de las políticas cambien su enfoque. Ya no podemos ver la deuda como un problema que sólo puede resolverse mediante recortes de impuestos y gastos. En cambio, los esfuerzos de deuda de Estados Unidos tienen que centrarse en políticas pro-crecimiento, que incluyen recurrir a los mercados de capital para construir uno de los mejores catalizadores del crecimiento: la infraestructura.”
07/01/2024 – Marcos Elizalde